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de desmotivar.com |
Ese y sólo ese será el factor que te hará reconocer a tu candidato uno entre un millón. El tío capaz de cambiar las cosas. El factor diferencial. El informático alfa.
No me crees, ¿verdad?.
Al fin y al cabo llevas toda la vida escuchando la importancia de la disciplina y el trabajo duro. Piensa en tu propia historia. Cuando eras un niño pequeño, te tirabas el día jugando, imaginando, creando. Llegaste al colegio y todo cambió. De repente no sólo tenías que estar todo el día escuchando el rollo macabeo que te contaba el profesor, y que te importaba un pimiento, sino que cuando por fin llegabas a casa tenías que... ¡hacer los deberes!. Deberes que estaban diseñados aposta de forma que fueran, bueno, un rollazo. Que no aportaran nada. Su único objetivo era moldearte de acuerdo a esos principios de la disciplina, trabajo, etc., o sea, que su único objetivo era que agacharas la cabeza y te acostumbraras a perder unas horas de tu precioso tiempo haciendo algo que ni te aportaba nada a ti, ni le aportaba nada a nadie, ni disfrutabas haciéndolo (bueno, quizá tú sí lo disfrutaras un poco... ¡y por eso no eres un informático alfa!).
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de desmotivar.com |
Como la necesidad aguza el ingenio, Willi pensó una solución a sus males. Cogió cuatro condensadores, unas resistencias, una caja de zapatos, una malla de las patatas, un gnomo del bosque (esto es sólo una leyenda urbana no verificada, al contrario que el resto del artículo), un cristal de la ventana y unos botones de camisa, se puso manos a la obra y creó... el primer ordenador. Gracias a él, cada vez que se equivocaba al pulsar el botón equivocado mientras escribía, podía apretar la goma de borrar (en un alarde de ingenio y originalidad Willi usó una goma de borrar Milán en lugar de un botón para eliminar la última letra escrita), y no tenía que volver a empezar cada vez que la cagaba. Willi celebró su hallazgo durmiendo una profunda siesta de 3 horas.
El día antes de la fecha límite de entrega del trabajo, Willi se dio cuenta de una cosa... tenía todos los bytes del trabajo guardados en el tambor de Colón floppy que le servía de almacenamiento, pero no podía llevar el trabajo así, porque el profesor no estaba preparado aún para tamaño avance (y aparte de eso, no tenía su dirección de email). Se puso manos a la obra y con unas agujas de coser, unas plastilinas y el líquido de siete latas de calamares en su tinta, creó la primera impresora, con la que pudo plasmar el trabajo en papel y entregarlo. Es verdad que tuvo suerte para que su madre tuviera la despensa llena de latas de calamares, y que estos no fueran en salsa americana (el mundo no estaba aún preparado para las impresiones en color), pero lo cierto es que esta es otra de las características que persiguen a los informáticos alfa: cuanto más acorralados parece que están, más suerte tienen.
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de desmotivaciones.es |
El arma principal del informático alfa, que ya hemos visto en acción en la emotiva historia de Willi, es el detector de coñazos. El informático alfa tiene un detector natural que le hace percibir de forma inequívoca cuándo una tarea es automatizable y optimizable, y se debería buscar una forma diferente de hacerla, o de evitarla para que no sea necesaria. Y lo siente en forma de coñazo. Y lo siente tan fuerte, que recibe unas energías que hacen aumentar su ingenio y le ayudan a encontrar una solución que optimice el trabajo, y que por tanto le distinguen frente al resto de informáticos obedientes.
Ejemplos los tenemos a patadas. Toda la evolución de los procesos y herramientas de desarrollo de aplicaciones ha surgido a partir de informáticos alfa. Todas las herramientas de desarrollo las ha creado uno de ellos, como no podía ser de otra forma. Y las metodologías ágiles, por ejemplo, son resultado indudable de la agitada mente de un informático alfa, que supo usar su detector de coñazos para percibir que las metodologías estaban llenitas de ellos, que escribir documentación para los programas era un aburrimiento y no podía ser bueno, que las reuniones eternas con clientes en las que no se avanza nada no hay cristo que las aguante, y que las estimaciones y los planes definidos a largo plazo acaban llevando a hacer tareas poco lógicas, sin sentido y, claro, aburridas.
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de himajina.blogspot.com |
¿Me crees ya?.
Pues ahora escucha, amigo cazador de talentos. Si me haces caso, puedes resumir tus entrevistas de trabajo en una sola pregunta:
1.a. ¿Te definirías a ti mismo como un vagazo?
Ni siquiera hace falta hacerla en persona, puedes mandar un formulario a los candidatos, o una encuesta online. Y tendrás una efectividad del 100%.
Por tanto, con esto tienes en tu mano la oportunidad de convertirte en un pionero... de convertirte en EL PRIMER CAZATALENTOS ALFA VAGAZO.
Y pegarte la vida padre, ya puestos.